Hace 45 años, Martin Cooper, gerente de Sistemas de Motorola, realizó la primera llamada desde un teléfono celular a una línea fija. Ocurrió a pocos metros del edificio Hilton Manhattan, en Nueva York, y se comunicó con su enemigo laboral Joel Engel, ejecutivo de la empresa Bell de AT&T.
La funcionalidad del teléfono móvil se hizo realidad el martes 3 de abril de 1973, cuando Cooper uso un Motorola DynaTAC 8000X, para hacer la llamada antes de entrar a una conferencia de prensa. Allí iba a mostrar el aparato en público y dar a conocer el logro tecnológico de la compañía.
Pero no se contactó con su esposa o su jefe, sino con Engel, que dirigía los laboratorios Bell, para decirle que su proyecto estaba listo. Ambos competían por crear el teléfono móvil, con la diferencia de que Engel pensaba en un teléfono para el auto (los que había hasta entonces eran radioteléfonos, una tecnología inferior) y Cooper quería ir más allá.
Su objetivo era buscar un aparato que pudiera comunicarse directamente con las personas cuando no estén en sus casas o en la oficina, sino caminando por la calle o en el supermercado.
DynaTAC 8000X fue el primer celular de la historia: pesaba un kilo y medía 33,02 x 4,445 x 8,89. Tenía una pantalla con display LED de color rojo y la batería apenas duraba una hora si se usaba seguido. Cuando salió a la venta en septiembre de 1983 tenía un precio de 3995 dólares y en apenas un año se vendieron 3000 mil unidades.
En aquel entonces, nadie podía imaginar que el celular podría evolucionar en un teléfono inteligente. La serie DynaTAC estuvo activa en Motorola hasta 1992 y, hoy, la nueva generación de dispositivos tiene un peso de 120 gramos y un espesor menor al centímetro, por un costo mucho menor.